¡Reconozca el suelo por su textura
Si sabemos qué clase de tierra tiene el suelo que destinaremos a jardín podremos determinar qué especies podremos plantar. Para averiguarlo sólo hay que hacer una prueba muy simple: tome un poco de tierra y amásela con agua. Intente formar un rollito y, si se mantiene, significa que el suelo es de textura fina; si se rompe fácilmente, es de textura media y si, directamente no puede formarlo es de textura gruesa. Los suelos de textura fina son ricos en arcilla, aunque también será muy común que el agua de riegose encharque y que las plantas se marchiten lentamente. Para mejorarlo, durante cinco primaveras agregue resaca o martillo enriquecido con abono animal.
Los terrenos ideales para las plantas son los de textura media, que retienen el agua , pero también tienen buen drenaje. Además, los nutrientes pasan fácilmente a la planta y resultan muy sencillos para trabajar.
En los suelos de textura gruesa hay un alto nivel de arena, por eso tienen poca capacidad de retención de agua. Son pobres en nutrientes, pero se trabajan fácilmente y las raíces se desarrollan con fuerza. Este tipo de suelo es indicado para el cultivo de hortalizas, pero hay que añadir materia orgánica.
Si sabemos qué clase de tierra tiene el suelo que destinaremos a jardín podremos determinar qué especies podremos plantar. Para averiguarlo sólo hay que hacer una prueba muy simple: tome un poco de tierra y amásela con agua. Intente formar un rollito y, si se mantiene, significa que el suelo es de textura fina; si se rompe fácilmente, es de textura media y si, directamente no puede formarlo es de textura gruesa. Los suelos de textura fina son ricos en arcilla, aunque también será muy común que el agua de riegose encharque y que las plantas se marchiten lentamente. Para mejorarlo, durante cinco primaveras agregue resaca o martillo enriquecido con abono animal.
Los terrenos ideales para las plantas son los de textura media, que retienen el agua , pero también tienen buen drenaje. Además, los nutrientes pasan fácilmente a la planta y resultan muy sencillos para trabajar.
En los suelos de textura gruesa hay un alto nivel de arena, por eso tienen poca capacidad de retención de agua. Son pobres en nutrientes, pero se trabajan fácilmente y las raíces se desarrollan con fuerza. Este tipo de suelo es indicado para el cultivo de hortalizas, pero hay que añadir materia orgánica.