Iris de rizoma

Lirios

Los iris de rizoma, lirios, se reproducen fácilmente, requieren mínimos cuidados y tienen mucha variedad de colores.

Los más vistos son los amariIlos, los violetas y los lilas. Pero también se encuentran blancos, rosas, celestes o combinados. Por eso, son ideales para crear grandes manchones de color, que alegran el jardín desde agosto hasta noviembre.

En ese caso, para evitar errores cuando se los va plantando, lo mejor es colocarles pequeños carteles en la base de la planta que identifiquen de qué tipo o color de iris se trata.

Pueden alcanzar distintas alturas. A partir de los barbados se desarrollan muchos híbridos, algunos enanos, ideales para ubicar en jardines de roca, y otros que llegan a medir 1,20 m. En cambio, los acuáticos son bastante más altos y suelen llegar a 1,50 m.

Lirios barbados y acuáticos

Solemos llamar lirios a un tipo de planta muy vistosa, de hojas empenachadas en forma de espadas, de diferentes alturas y con hermosas flores, que a veces hasta se confunden con algunos tipos de orquídeas.

En realidad, el género al que pertenecen se llama iris y se divide en dos subgéneros de acuerdo con sus raíces: iris con rizomas, que son a los que hay que prestarles atención en esta época, e iris de bulbo, que recién requieren cuidados en los próximos dos meses.

Los iris con rizomas se dividen en dos tipos:

LOS BARBADOS

Así llamados porque en sus pétalos tienen unos pelitos que parecen barbas, crecen en suelos pobres, con sol o media sombra.

LOS ACUATICOS

Como los louisiana, pseudoacorus y kaenferis, prefieren los suelos muy húmedos y hasta inundados.

Lirios

También por semillas
Después de la floración, en la planta de lirio quedan unas cápsulas que en su interior guardan unas semillas muy oscuras que sirven para plantar nuevos iris. Para eso, se separan las cápsulas y se abren recién cuando se hayan puesto amarillas, señal de que han madurado. Se sacan las semillas y se dejan secar. Después, se las puede almacenar o se germinan como cualquier plantín. El mejor momento para sembrar estas semillas es a fines del invierno. Cuando alcanzan unos 15 cm de altura, se pasa los plantines al lugar definitivo.

Durante la floración las semillas vuelan de una planta a otra e inevitablemente se mezclan. Esto hace que a la hora de florecer nos llevemos la sorpresa de contar en nuestro jardín con iris combinados, es decir, con flores de dos colores.