REGLAS BASICAS DE UN RIEGO PERFECTO
A pesar de ser una rutina sumamente sencilla, regar es una tarea que debe llevarse a cabo con cierto cuidado ya que de ella depende gran parte de la salud de nuestras plantas. El riego de las especies de interior debe ser mucho más exigente que el de las plantas que criamos en el jardín. Antes de echar mano a la regadera, tenga en cuenta estos consejos.
En primer lugar, observe la planta para saber qué necesita. Si descubre hojas caídas o amarillentas, o bien una excesiva pérdida de follaje para la época del año,descarte regarla pues estos son signos inequívocos de exceso de líquido.
El aspecto de la tierra puede ser engañoso si se detiene sólo en la superficie. Para estar más seguro, no dude en hundir su dedo o un palito en la tierra y sólo añada agua si el sustrato no queda adherido a su dedo.
Es importante acompañar los riegos con abono líquido disuelto en el agua. Lleve a cabo esta rutina durante la época de crecimiento, cada quince días. Esta es una buena manera para reponer los nutrientes de la tierra que durante este período se consumen rápidamente.
El agua de lluvia es perfecta para regar. De lo contrario, recuerde que el agua de la red debe dejarse reposar toda una noche y recién después usarla. De este modo perderá el cloro que contiene y adquirirá la temperatura ambiente.
A pesar de ser una rutina sumamente sencilla, regar es una tarea que debe llevarse a cabo con cierto cuidado ya que de ella depende gran parte de la salud de nuestras plantas. El riego de las especies de interior debe ser mucho más exigente que el de las plantas que criamos en el jardín. Antes de echar mano a la regadera, tenga en cuenta estos consejos.
En primer lugar, observe la planta para saber qué necesita. Si descubre hojas caídas o amarillentas, o bien una excesiva pérdida de follaje para la época del año,descarte regarla pues estos son signos inequívocos de exceso de líquido.
El aspecto de la tierra puede ser engañoso si se detiene sólo en la superficie. Para estar más seguro, no dude en hundir su dedo o un palito en la tierra y sólo añada agua si el sustrato no queda adherido a su dedo.
Es importante acompañar los riegos con abono líquido disuelto en el agua. Lleve a cabo esta rutina durante la época de crecimiento, cada quince días. Esta es una buena manera para reponer los nutrientes de la tierra que durante este período se consumen rápidamente.
El agua de lluvia es perfecta para regar. De lo contrario, recuerde que el agua de la red debe dejarse reposar toda una noche y recién después usarla. De este modo perderá el cloro que contiene y adquirirá la temperatura ambiente.
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