Es la hierba aromática más usada en los países mediterráneos, gran fuente de vitaminas y muy diurético
No hay ninguna otra hierba comparable al aroma y el sabor del perejil fresco. Si podemos cultivarlo en casa, aunque sea en un tiesto en la ventana, nuestro esfuerzo tendrá una sabrosa recompensa. El perejil empieza a perder fragancia y frescura desde el momento en que se corta, por lo que debe hacerse justo antes de usarlo. Si no lo tienes en casa y sólo dispones del que te dan en el mercado, debes lavarlo al llegar de la compra, dejarlo escurrir y luego lo guardas en la nevera en una bolsa o un pote de plástico para que no se ponga mustio; da mejor resultado que tenerlo al aire libre, pues la luz del sol tiende a marchitarlo. También se puede congelar entero en bolsas o cajas de plástico. En este caso, al ir a usarlo no hace falta descongelarlo porque se partirá entre los dedos ahorrándonos tener que picarlo. Así sólo sirve para aderezar salsas, no como adorno, ya que, aunque no pierde sabor ni vitaminas, sí pierde tersura. También puedes picarlo recién cogido, ponerlo en bandejas de cubitos de hielo y congelarlo cubierto de agua. Este cubito nos servirá para añadir a salsas, caldos o estofados.
No hay ninguna otra hierba comparable al aroma y el sabor del perejil fresco. Si podemos cultivarlo en casa, aunque sea en un tiesto en la ventana, nuestro esfuerzo tendrá una sabrosa recompensa. El perejil empieza a perder fragancia y frescura desde el momento en que se corta, por lo que debe hacerse justo antes de usarlo. Si no lo tienes en casa y sólo dispones del que te dan en el mercado, debes lavarlo al llegar de la compra, dejarlo escurrir y luego lo guardas en la nevera en una bolsa o un pote de plástico para que no se ponga mustio; da mejor resultado que tenerlo al aire libre, pues la luz del sol tiende a marchitarlo. También se puede congelar entero en bolsas o cajas de plástico. En este caso, al ir a usarlo no hace falta descongelarlo porque se partirá entre los dedos ahorrándonos tener que picarlo. Así sólo sirve para aderezar salsas, no como adorno, ya que, aunque no pierde sabor ni vitaminas, sí pierde tersura. También puedes picarlo recién cogido, ponerlo en bandejas de cubitos de hielo y congelarlo cubierto de agua. Este cubito nos servirá para añadir a salsas, caldos o estofados.