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lunes, 28 de febrero de 2011

Los Hongos - frutos invisibles


Los hongos, de los cuales encontramos numerosas especies en bosques y praderas, son las partes aéreas de plantas que viven ocultas en la tierra; los hongos son, pues, los frutos de una planta invisible. El micelio es una maraña de filamentos que constituye la parte vegetativa del hongo.

En efecto, si cortamos un hongo en el sentido de la longitud y lo observamos al microscopio, comprobamos que está constituido por filamentos. Los esporos nacen en la parte inferior del sombrero del hongo, y, llegados a su madurez, caen para dar nacimiento a nuevos micelios.

Los hongos y numerosas especies de criptógamas no son los únicos en reproducirse por esporos. Las algas, Jos musgos y los heléchos pertenecen igualmente al grupo de las plantas criptógamas. Sin embargo, los heléchos pueden alternar la multiplicación sexual con la multiplicación asexual.

Las plantas con esporos se cuentan entre las más antiguas que posee la tierra. Existían mucho tiempo antes que las plantas de flores hicieran su aparición. Y aun durante el período carbonífero, las plantas con esporos eran las más abundantes entre la flora de la época.

Hay otro hecho que no podemos dejar de señalar: el lirio atigrado (Liliwn tigrinum), además de las flores, presenta unas excrecencias en las hojas, que constituyen otro medio de reproducción. Esos pocos ejemplos bastan para mostrar el ingenio de la naturaleza para la continuación de las especies.

Esos rasgos son todavía mucho más espectaculares cuando se trata de multiplicación sexual. Esta última manera de asegurar la reproducción es, por otra parte, más elevada en la escala evolutiva de la naturaleza y una prueba más de su arte y perfección incomparables.

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