Toda la vida es perecedera y cesa luego de un tiempo más o menos largo. Pero fuera de la muerte natural, los organismos pueden tener fin por accidente, es decir, ser víctimas de otros seres vivos o de circunstancias desfavorables.
La vida concluiría rápidamente sobre el planeta si los seres vivos no tuvieran la facultad de reproducción o de multiplicación; y existe, por cierto, más de un medio para la reproducción de la especie.
Algunos organismos inferiores se dividen en dos y cada una de estas mitades lleva vida independiente. En cambio, otros organismos animales dejan que su cuerpo se cubra con nuevos organismos.
En el reino vegetal las formas inferiores no son las únicas que se reproducen de manera asexual. Hay plantas superiores que poseen también este medio de reproducción. Cuando el jardinero planta brotes, está sirviéndose del poder de regeneración para conseguir individuos jóvenes y nuevos.
La reproducción de numerosas plantas se realiza de esta manera, utilizando retoños (arriba, izquierda). La fresa se multiplica por acodadura, es decir, que algunos tallos que todavía pertenecen a la planta madre, tocan el suelo, echan raíz y dan nacimiento a un nuevo individuo.
Otros vegetales se reproducen por medio de tubérculos, en los cuales se han acumulado reservas, por ejemplo la papa. De los ojos de la papa salen brotes que dan nacimiento a las partes aéreas y a las subterráneas de un nuevo ser. Este modo de reproducción se llama multiplicación vegetativa.
En muchos casos se comprueba, sin embargo, que en el reino vegetal hay células particulares, encargadas de la creación de otro individuo. Puede suceder, igualmente, en el caso de una multiplicación asexual de vegetales, que una nueva planta nazca de una sola célula. Nos encontramos entonces en presencia de una reproducción por esporos.
Así, un objeto dejado en una habitación abandonada puede cubrirse con una capade moho. Al soplar sobre ésta volará una pequeña nube de polvo compuesta por esporos de moho. Si la casualidad quiere que esos esporos caigan en lugar favorable, nacerán entonces nuevos hongos criptogámicos.
La vida concluiría rápidamente sobre el planeta si los seres vivos no tuvieran la facultad de reproducción o de multiplicación; y existe, por cierto, más de un medio para la reproducción de la especie.
Algunos organismos inferiores se dividen en dos y cada una de estas mitades lleva vida independiente. En cambio, otros organismos animales dejan que su cuerpo se cubra con nuevos organismos.
En el reino vegetal las formas inferiores no son las únicas que se reproducen de manera asexual. Hay plantas superiores que poseen también este medio de reproducción. Cuando el jardinero planta brotes, está sirviéndose del poder de regeneración para conseguir individuos jóvenes y nuevos.
La reproducción de numerosas plantas se realiza de esta manera, utilizando retoños (arriba, izquierda). La fresa se multiplica por acodadura, es decir, que algunos tallos que todavía pertenecen a la planta madre, tocan el suelo, echan raíz y dan nacimiento a un nuevo individuo.
Otros vegetales se reproducen por medio de tubérculos, en los cuales se han acumulado reservas, por ejemplo la papa. De los ojos de la papa salen brotes que dan nacimiento a las partes aéreas y a las subterráneas de un nuevo ser. Este modo de reproducción se llama multiplicación vegetativa.
En muchos casos se comprueba, sin embargo, que en el reino vegetal hay células particulares, encargadas de la creación de otro individuo. Puede suceder, igualmente, en el caso de una multiplicación asexual de vegetales, que una nueva planta nazca de una sola célula. Nos encontramos entonces en presencia de una reproducción por esporos.
Así, un objeto dejado en una habitación abandonada puede cubrirse con una capade moho. Al soplar sobre ésta volará una pequeña nube de polvo compuesta por esporos de moho. Si la casualidad quiere que esos esporos caigan en lugar favorable, nacerán entonces nuevos hongos criptogámicos.