Si quieres puedes disponer siempre de perejil fresco. Sigue las instrucciones que te damos a continuación y alegra tu cocina y tu paladar con un estupendo cesto colgante lleno de hojitas maravillosas.
Lo primero que deberás hacer es plantar unas semillas de perejil. Para ello puedes utilizar un recipiente que no sea muy profundo y que sea ancho. Por ejemplo, una bandeja de horno, o una bandeja de poner cubitos.
Llénala de tierra muy rica en humus y, con cuidado, esparce las semillas regularmente por su superficie. A continuación, vaporiza la tierra y coloca la bandeja en un lugar fresco y a la sombra. A los pocos días empezarán a salir unas tímidas plantitas verdes. Si ves que están demasiado juntas, deberás sacar algunas para que puedan crecer en libertad, sin que se estorben unas a otras.
Recuerda que la tierra debe estar siempre húmeda, o sea que no te olvides de vaporizarlas diariamente. Cuando observes que las plantas ya están vigorosas y fuertes, puedes pasarlas a unos tiestos pequeños y recuerda que debes cambiarlas de tiesto a medida que vayan creciendo.
Lo primero que deberás hacer es plantar unas semillas de perejil. Para ello puedes utilizar un recipiente que no sea muy profundo y que sea ancho. Por ejemplo, una bandeja de horno, o una bandeja de poner cubitos.
Llénala de tierra muy rica en humus y, con cuidado, esparce las semillas regularmente por su superficie. A continuación, vaporiza la tierra y coloca la bandeja en un lugar fresco y a la sombra. A los pocos días empezarán a salir unas tímidas plantitas verdes. Si ves que están demasiado juntas, deberás sacar algunas para que puedan crecer en libertad, sin que se estorben unas a otras.
Recuerda que la tierra debe estar siempre húmeda, o sea que no te olvides de vaporizarlas diariamente. Cuando observes que las plantas ya están vigorosas y fuertes, puedes pasarlas a unos tiestos pequeños y recuerda que debes cambiarlas de tiesto a medida que vayan creciendo.